AMORES DE NOCHES Y MADRUGADAS

Apenas clareaba el primer rayo y destello
y ya como con premuras, apresuradas,
corriendo, ya llegaban
el alba, la aurora y la madrugada,
juntas, de la mano jugueteando,
con iguales guirnaldas en los cuellos,
con las gotas perlinas, cristalinas,
diamantinas, de los tempranos rocíos,
enredadas en sus cabellos,
para realzar la esbelta prestancia de pétalos y flores,
y como presentes, para los desvelados enamorados,
tantos arcos iris, radiantes y coloridos;
vienen precediendo y coreando
los cantos de mirlas y paraulatas,
apreciadas cantoras en llanos, valles y montañas,
para que como mañanitas, cantatas o nanas,
como tañer y arpegio de campanas
despierten a los soñadores,
y de tanto gusto y embeleso...
pues, que vuelvan a sus goces,
de la provocadora miel,
del amor y las caricias,
de los frescos mimos y besos...
que permanezcan como en oración,
en sus tálamos, con la devoción
del momento y la ocasión,
en sus sueños, ensueños y empeños,
hasta que envuelva la noche y la luna los despertara,
con sus brujos encantos
y el ulular del búho cantara y contara
¡que ya, que otra vez!, ¡es de madrugada!.

Angel Ignacio Chacón Aquino