lunes, 23 de abril de 2018
ACACIAS
Recuerdo las mañanas
de mi época infantil.
Golondrinas gorgojeando,
volando muy bajo,
casi a ras de suelo.
Sagitas sin cola
recortadas en el cielo.
Recuerdo el olor
de mantos muy verdes
y flores muy dulces.
Mañanas de pupitre
caligrafía y restas
sobre el tiempo
del recreo...
Con castigos injustos
en clases tristes.
Y el regreso a casa
y el beso de mamá,
bajo acacias amarillas
tapizando el suelo.
Son escenas inconexas
que voltean el corazón.
Pues tan solo nosotros
sabemos que no volverán.
Y nuestra vista se recrea
en golondrinas nuevas
entre casas de calles
al cruzar sobre un cielo
estrecho y deslucido.
Por donde gritan fuerte
y desaparecen rápido.
En el suelo no hay manto
de flores caídas,
ni risas infantiles,
ni aroma a primavera.
¡Un momento!
¡Creo que sí!
Lo siento de nuevo.
Y mi corazón galopa,
acelerado y desbocado.
Buscando en el hoy
aquel lejano ayer.
¡Qué ahí sigue!...
Tan solo hay con fuerza
por un instante fugaz...
¡Que saberlo, otra vez sentir!.
MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-
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