Anoche estaba soñando
que ya tú a mi lado estabas,
en caricias me enredabas
con mil deseos brotando,
maravillas germinando
en nuestro primer encuentro
y nos quemaba por dentro
el deseo y el placer,
pues yo lograba tener
ese calor de tu centro.
La fluidez de tu amor
al momento fui logrando,
también te lo estaba dando,
lo exigías con ardor.
Al aumentar el calor
nuestros cuerpos se fundieron
y tus gemidos hicieron,
como el fuego a las astillas,
que nacieran maravillas
y mas deseos nacieron.
Cuando ya faltaron fuerzas
y quedaste desvalida
junto a mi lado tendida
yo observaba tu belleza.
Como una ninfa traviesa
con mis muslos coqueteabas,
sin darme cuenta que estabas
todo mi cuerpo mirando
y tus dedos jugueteando
con lo que mas te excitaba.
ROBERTO BATISTA PARGAS -Cuba-
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