Cansada de aceros, cáñamos y ataduras
Recompones el puzzle sin prisas
Adocenando ideas escogidas al azar
Wagner ha dejado las valquirias en libertad
Líneas rojas traspasan en la frontera
Nada puede detener las salidas de la miseria
Gigantes serán las puertas del averno.
Bípedos se pelean a las puertas del bar
Lanzan improperios a sus madres, inocentes
Acaso vuestra impronta no es sólo vuestra, ignaros
Cabecead el sueño, y adormecer a la bicha
Kilos de baja estofa habéis disgregado en el pavimento.
Sandeces u otros menesteres, sois maestros
Nada pediréis a las cadenas que no os entregue el sol
Además de llorar tras la debacle, resuenan timbales
Kurdos, drusos, o arcanos, nada podrá asilaros.
Médiums buscan vuestros espíritus desvaídos
Ondeando humos de amapolas en flor
Apoteósico será el final del que quiebra el silencio
No serás tú quien levante el órdago de la tarde.
Te sigo desde lejos, mirándote el zigzagueo de tu andar
He vivido mil avatares y ruego por la consecución
Edenes arrancados a sus dueños, en pos de la justicia
Duramente habrían de ser lapidados aquellos ángeles
Ocaso de mil teselas paridas de un cielo plúmbeo
Odaliscas de pechos erguidos danzan ante tus ojos
Rubrica tu último suspiro, o vierte el alma en el grito
Seremos pitonisas en un mundo sin magia, o venceremos.
Santiago Pablo Romero -Triguero-
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