Coronado de mirlos,
con una adarga afilando
los ojos marrones de mi voz,
y con espinosos crisantemos
derritiéndose en mi alma.
Con nenúfares alados
habitando mis labios
y una orquídea desangrada
perfumando mi aliento
(Jifero que destaza
El corazón de la luz).
En la quietud de la ceniza
recuerdo:
La piel de una mujer
cubierta por la ignominia.
El dolor de una virgen
desflorada por un relámpago.
El eco de un verde orgasmo
chorreante de espinas.
Y la muerte de un poeta
que va cruzando la Estigia.
Víctor Díaz Goris -República Dominicana-
Derechos Reservados de Autor.
Propiedad intelectual de:
Víctor Díaz Goris.
DE FACEBOOK - 6139 - FRASES DISTORSIONADAS
Hace 58 minutos
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