Esta tarde de magnolios y sátiros,
sed y muge,
porque el adiós es como si una pirámide de roces besara tus ojos desiertos.
Exijo ser como la cabeza de una babosa para hundir los puños en las cornisas húngaras, como si la migraña fuera la génesis de la tarde
endiablada.
Como si la cárcel que son tus betas, arrinconara verso a verso,
verbos de bóvedas azules
y de bayas de espuma,
en la desenmarañada crin.
Los pies de hierro,
como génesis de la mirada lateral
atormentan atroces la desolada tarde.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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Hace 3 días
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