articula las sombras,
las agiliza inconstantes
hasta que recuerdo mis sienes
doloridas.
Soy una tajada en el cristal
en la noche exterior
que no me recuerda nada,
no me dice nada,
absorta en sus sonidos diluidos
de todos los días;
luego amanecerá.
Presiento a Clapton,
su blues envolviendo esa sombra
tentacular y movible
que no me cree solo.
Toco la tersura postiza
del cd escrito
y sé que no escucharé música;
acaricio lo que deseo
y me invento antes de la luz,
cuando apenas existo.
MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO
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