exhórtale a volar, abre la puerta
de la palabra y que tu mundo advierta
quién hay bajo tu piel, cuál es tu intento.
Pensar sin expresar es aislamiento,
quedando el alma en la región desierta
del oscuro silencio; si despierta,
más cerca de la roca que del viento.
Conozcan todos el impar tesoro
que se esfuerza en surgir por cada poro,
mas se agosta en mental cautividad.
Se te dio la razón, ave de altura,
y sólo la palabra le asegura
el vuelo que es su fe de identidad.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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