"Y allí en la cama humilde, ordinaria
poseí el cuerpo del amor, poseí los labios
voluptuosos y rojos de la embriaguez-
rojos de tal embriaguez, que también ahora
cuando escribo, ¡después de tantos años!,
en mi casa solitaria, me embriago nuevamente."
(Una noche, de Kavafis)
Existe.
Estoy segura.
El universo lo sabe.
Percibo cercano su aroma.
No me rendiré.
No creeré desde ya
que este aliento de loba
que me catapulta despeinada
por las calles
es un error de fábrica.
Gateo en círculos. Dejo mi rastro
de vida presa entre los dientes.
No es dolor esta última piel
que me arrancas.
Es mudanza. Transformación. Mariposa.
Libélula.
Esta agua en los ojos,
la respiración contenida,
me identifican.
Qué te crees.
Solo nos llevaremos esta caída de precipicio
dentro de un sudoroso sueño
desde la cornisa de cualquier rascacielos
con los labios cereza
de tanto
tanto
y tanto
besar.
MARIBEL MIR
Publicado en el blog carlota-exnihilo
miércoles, 5 de junio de 2013
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