ALAS

Ocultando en cada paso de la vida
la terquedad del alma engreída
no queriendo escuchar al corazón
en la agonía de la alegría
del amor que se desvanecía.

Locura insospechada
donde la ingenuidad pasaba inadvertida
al no querer comprender
que el creerse lista
es una utopía.

Siendo el egoísmo del hombre
un puñal que con agudeza
va desprendiendo con la destreza de un cirujano,
en la necedad de evitar con orgullo vano
que las alas de la libertad
no puedan volar en la inmensidad.

Aquellas alas del alma
son fisuradas con sutileza,
cirujano que utiliza la destreza
en el anhelo de ser desprendidas.
para que no puedan remontar
en la esperanza,
luchando con todas las ansias
no dejando de revolotear
en el anhelo de acariciar
lo grandioso de la libertad.

Las puertas de la locura
se abrieron de par en par
para no querer ceder
ni un poco de libertad
al alma devastada
por el dolor y la inequidad.

Caminos que se cruzaron
huracán que destruye todo lo resguardado,
donde otro ser
curo las heridas de aquellas alas
casi desvanecidas en el umbral del ocaso,
creyendo que de esa forma
se podría volar
con el tiempo se apreciaría
que retornaría a otra forma de amar
donde se saca de aquel poso
para ser colocado el corazón en otro foso.

El alma y la intuición decían
sal de ese torbellino de amor
ya que ellos no te saben valorar.

Egoísmo de poseer el amor
pues solo se requiere tener valor
de dar el corazón y el alma sin ningún temor.

Solo se deleitaron
de los mimos y caricias concedidos
tristemente prodigaron migajas por temor
creyendo que con eso se podía engañar
el corazón de la mujer.

Mas la ironía de la vida
es cuando se aleja aquella
quien les pudo amar
se sienten ofendidos
requiriendo, clamando
que ellos entregaron todo sin esperar.

Claro que se debe de estar lastimada
con tan inimaginable ausencia
amor no otorgado en toda su presencia
por el temor a la herida.

Tomando toda la fuerza del alma
engrandeciéndose en el río de la vida
con la esperanza de alzar el vuelo
aquellas alas inmensas
se fortifican cada día
para amar sin medida.

Sandra Méndez -Guatemala-