Y de repente, en la oscuridad,
me acerco a tu pecho
para escuchar suavemente
el susurro tanguero de tu palpitar.
Y mi corazón se acompasa con el tuyo
y nuestras piernas se enredan
y nuestros cuerpos conversan…
La ciudad zozobra ahí fuera
mientras nosotros iniciamos
un quimérico viaje al espacio exterior.
MIGUEL ÁNGEL RINCÓN PEÑA
Publicado en su facebook
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