Bajo el palio del cielo, el infinito
que engordó la madera de sus ojos,
talló una lágrima de sangre en rojos
atardeceres de pasión. Y un grito
de tormento y un pacto nunca escrito
de silencio, se rompen; voz y enojos,
para así hacer del sentimiento antojos
de este pueblo andaluz, que crea el mito
de la saeta y la Semana Santa
española. Que un Cristo en procesión
se ha vuelto un vino con solera, y canta
a la vida y la muerte, el corazón;
porque el hombre que sufre es Dios y aguanta
el peso de mi cruz: vida y pasión.
Antonio Ramos Olmo. -ESPAÑA-
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