Por la ventanita de la puerta
aparece una cara
no es un vendedor
de bolsas de residuos
o el miembro de alguna secta
intentando salvar mi alma peligrosa
es un viejo amigo
al que no veo hace temporadas
mi cerebro tarda en acomodar la imagen
ahora tiene el pelo azul
o no tiene pelo
o parece estar mutando
en un puercoespín intelectual
un jabalí amanerado
una rata humanoide
o un zorro sarnoso preocupado
en conseguir una cueva
pero es mi amigo querido
un abrazo
un día normal se viste de fiesta
metemos un pollo en el horno
de todos modos
el pobre muchacho
ya no tenía a donde ir
comemos con las manos
reímos
partimos el pan
nos pasamos la sal
baja el vino
sube la alegría.
Leonardo Morgan
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 32
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