viernes, 12 de abril de 2013

SE TORNA LA TIERRA ROJA


Se torna la tierra roja
cuando recibe penosa
caudales sudorosos.
Ahínco del laborioso.

La piedra estéril conoce
el dolor que esconde el obrero.
Lo ha escuchado rogar
cuando en su árida cresta busca reposo.

Se seca cuál árbol viejo.
Se va marchitando a diario.
Se va perdiendo su canto
entre abrojos en el campo.

Lleva tatuada en el alma
la casa que un día dejara.
Raíz que dejo plantada
allí a la cuesta del río.

Hijos llorando quedan.
Triste silencio enluta
a la dama que lo espera.

Trabaja duro por nada.
Vil es la mano que paga.
Ante los ojos incautos
es foráneo no vale nada.

Magia tienen sus manos
cuando acaricia la yerba
de verde viste
los campos.

Las cosechas juerga hacen
regalando el oro del trigo.
Cuando el foráneo trabaja
en los campos prohibidos.

Vacía siento mi mano.
No tengo musa ni verso.
Cuando en los campos angostos
solo siento desespero.

Cazadores de sueños rotos.
Forasteros en el tiempo.
Eso somos todos
en este cielo extranjero.

Inmigrante no eres.
Eres guerrero absoluto.
Hoy te mereces el fruto
que te permita ser liberado.

ANA GARCÍA

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