Tuve un sueño de ti, pero despierto.
¿Qué mérito tendría, si dormido?
Es como optar entre armonía y ruido,
entre la rosaleda y el desierto.
Los sueños que programo, en que me vierto,
requieren voluntad, y recorrido
que fraguo y ejecuto. Si impelido,
no voy, me llevan a un destino incierto.
Yo piloto cada uno de mis sueños
en que eres heroína, y sus diseños
en torno a ti y a mí se han esbozado.
No quiero someterme al arquitecto
que planifica noches; su proyecto
no se ajusta a mi plan de enamorado.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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