Me brotó tu amor
como un dulce escalofrío por las venas
mas quise ver la flor de tu hermosura
y confesé con tus labios.
Jamás tanto amor me sobrevino,
triunfando en el ruedo de tu cintura
me llevé los apéndices de tus pechos.
Luego, tal vez como cometa,
aguardando que soplaras
mi voluntad con tu deseo
Manuel García Centeno Paracuellos del Jarama (Madrid)
Publicado en la revista Aldaba 13
No hay comentarios:
Publicar un comentario