miércoles, 6 de febrero de 2013

EPIFANÍAS


Jesús vuelve a nacer en los pesebres del nuevo siglo. Pero los Reyes Magos han quedado rezagados en Oriente, comprando brillos para el asombro de todos los niños del mundo.
Antonio pregunta por qué no llegan. Marina se angustia. El arcángel que está sobre el pesebre cierra los ojos y pone un índice sobre los labios. (El Niño no llora, porque es de mazapán).

Dicen que sólo los pesebres de Belén no necesitan luz: están iluminados por la estrella que guía a los pastores. El viaja para comprobar si lo que escucha es verdad, pero en Tierra Santa han cerrado los templos por la vecina guerra y en el cielo sólo ilumina el fulgor de la pólvora disparada…

JORGE M. TAVERNA IRIGOYEN (Santa Fe-Argentina)
Publicado en la revista Gaceta Virtual 74

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