Muy pronto la sombra
no podrá acompañar el cuerpo.
Deben residir en la sangre.
Compartirán el espacio con la muerte
sobre la que acabo de pensar que había muerto.
A veces a través de mi cuerpo sigue funcionando
sin romper mi corazón.
Después miró a la cara,
sigue siendo una emoción como entonces
cuando se cuentan los círculos
en el fondo de la fuente.
Pronto voy a estar sin sombra.
El brillo se convertirá en polvo
sobre el que
nadie podrá recordar nunca más.
NICULINA OPREA -Rumania-
Publicado en la revista Gaceta Virtual 74
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