¿Por qué cuando me dices te quiero
lo dices como si nada?
Como el que se sacude con esmero
bacteria que se contagia,
¿por qué me dices tú te quiero
como quien quita aquello que daba?
¿Por qué me dices te quiero
como el que pide y luego lo paga?
¿Por qué me suena a embustero
ese sentimiento en dos palabras?
Mejor di, yo me arrepiento
de comer tu bocado sin ganas,
mejor di, sin hacer aspaviento
que tú por mí no sientes nada,
tú dices te quiero con el portento
y la valentía que da el cubata,
tú dices yo a ti te quiero pero
suena a zarandaja, es mera migaja,
como quien regala unos restos
de usada piñata y mera patraña,
tú dices te quiero sin esfuerzo
y se nota anzuelo y artimaña,
das te quieros como dando dinero,
das amor hoy para ofrecerlo mañana,
regalas cariño dejándome sin resuello,
nada son las sobras que te faltaban
y tu te quiero es como tirar caramelos
a los chiquillos de clase muy baja,
a tropel todos y por los pelos,
ciegos y repletos de maldita ansia,
lo haces con señuelo y camelo,
es como subir por una cucaña
con esperanza de rozar un cielo,
esperanza que da a parar a un subsuelo
donde espera ancha la sucia cloaca.
Sucia cloaca de ratas y vil trapicheo.
Del libro La verdadera historia del no de
CECILIO OLIVERO MUÑOZ
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 32
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