miércoles, 20 de julio de 2011

POEMA

DOMINGO DE PROVINCIA

Con la ternura de un amigo antiguo
y su quietud que es casi una consigna,
la voz querida del domingo manso
llega hasta el corazón como en sordina.

Es el domingo nuestro en que el silencio
cae como las hojas a la tierra,
y el ámbito del mundo se decora
de una coloración de muerte y de tristeza.

Llegan músicas tristes y lejanas
de inmigrantes que añoran su terruño
porque el domingo es día de recuerdos
en que un momento nos olvida el mundo.

Oh, las cálidas voces de los cantos
que nacen en las tardes de domingo
y se entristecen con el ritmo lento
que hay en ese silencio detenido.

Del libro Álamos en el agua de PEDRO BARBÉ AGUIRRE
San Nicolás de los Arroyos -Argentina-

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