La pastilla en desgracia
Se abre el frasco
para facilitar su extracción:
esféricas,
multicolores,
y rimbombantes,
están apretaditas,
y apenas respiran.
Es que esperan terminar
en el estómago de un señor
flaco y muy serio,
que las necesita.
Sólo hay que abrir el frasco,
la enfermera con cara de torta
coloca una de ellas
en la boca hambrienta del señor flaco,
que la disuelve con su saliva
y
se duerme.
Del libro “Cuentos perversos y poemas desesperados”
Evoco una noche fría de invierno
nosotros saliendo de una casa
un tapado color sepia
y un traje oscuro,
¡inocencia!
Del libro “Cuentos perversos y poemas desesperados”
Escondida,
lista para el amague,
cuando crees que caminas,
firme el paso,
la decepción va haciéndose
felina y neutra.
Busca su presa;
no es un sueño roto
el que se lanza,
quiebra tu inmunidad
y te acuchilla,
esa forma de aparecer
que tiene,
siempre camuflada.
Maldita seas, decepción,
cuando apareces,
pues el paso aminora
hacia la muerte.
(Inédito)
Poca cosa
Con la bronca de una bestia
ofendida, desterrada
buscaría el mar para salvarme
de la traición y la pereza.
Pero es tan profundo el océano
tan astillado y fugaz el llano
que apenas si escribo estos versos
tan ineficaces como improbables.
(Inédito)
PAULA WINKLER -Argentina-
Compartido por Rolando Revagliatti
DE FACEBOOK - 6187 - UN POCO MÁS ARRIBA DE LA PICOTA
Hace 9 horas
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