Mujer, protagonista desde siempre,
Inefable, abnegada, permanente,
Desde niña, con su sonrisa tierna,
Con su llanto infantil ante el siniestro,
Ilusión y esperanza van por dentro,
Sin rendirse jamás van en silencio.
Protagonista también, adolescentes,
Jóvenes que hacen vibrar todo en su entorno,
Son la fuerza vital, mujer de formas,
De colores y razas, con sus sueños de paz
Desde muy hondo.
Exaltó su labor, Eva de todos,
La que enseña al vaivén de sus encantos,
la que sufre en el surco,
La que canta en el llanto,
La enfermera, la actriz,
La que sirve o se encuentra en cargos altos.
Mujeres desposadas... mujeres despreciadas,
Mujeres que dan todo por amarnos,
Mujer sacrificada... mujer envilecida...
Por una sociedad cruel y mezquina,
Mujer que eres mamá... ¡canta a la vida!.
Preciosa perla negra de mi tierra,
Mujer mestiza, blanca o mulata,
Son para mi también causa muy alta,
Sin mirar condición, sé que al amarlas,
En mi pluma estarán... para exaltarlas.
Reconozco también a aquella...
Esa mujer que esconde su tristeza,
En el vino o el bar, que riendo pasa,
Que a su haber y a su espalda,
Un hijo encarna
La injusticia y vergüenza
De ser madre.
¿Cuántas mujeres tienes?
Yo pregunto:
¿Madre, esposa, hija, amiga, hermana?
¿Por qué discriminar, juzgar con saña,
Si Dios nos la entregó, cual vaso frágil,
Y a ella acudirás, cuando te caigas?.
¡Vibra mujer! se eso, mujer,
Ante todo y por todo, se mujer,
No te avergüences, si has caído,
Por encima de todo, se mujer,
Porque nadie es perfecto, esto es sabido,
Enarbola hacia el cielo tu destino
Y sé lo que Dios quiso que fueras:
¡Una mujer!
José Rueda Ardila -Colombia-