lunes, 1 de febrero de 2016

SÓLO DIOS PERDONA


Que te perdone Dios
pues yo no voy a perdonarte,
que te perdone un Dios redentor
si mereces perdón él debe juzgarte,
porque si ardo en rencor
quizá así podré mejor olvidarte,
este empache de amor,
este fuego, es ortiga en la sangre,
se empapa de tu vaho mi canción,
se enamora lo blanco del color,
pegajoso caramelo, soltar ese lastre,
no se ningunea en balde, no,
te amé en las noches de televisión,
te quise atónito de insinuación,
jamás me quedé con nada de nadie,
jamás tuvo simulacro este desastre,
pero desde el borde de tu corazón
encuentro culpables
en cualquier parte,
los encuentro suaves,
les escupo aunque sean amables.
Y la noche se ha hecho negra de dolor
de tanto pernoctarte,
y el día se ha hecho eterno sin sabor
al masticarte,
que te perdone Dios,
que te perdone Dios,
yo no pienso perdonarte.
Que te perdone Dios,
yo con anunciártelo tengo ya bastante,
si pierdo la razón
arañaré tu sombra sin encontrarte,
te buscaré en las horas que deshojaste,
si sólo te quise yo
quizá sea verdad
que cualquier bocado a ti te vale,
que eres fiebre nociva en el aire,
tú me pides perdón
y yo no tengo porqué a ti perdonarte,
fui yo otro a tu lado, fui tu usado amor,
fui beso amargo, fui tu pésimo amante,
si no perdono yo
al fin soy humano,
al fin soy fulano, al fin soy de carne,
que te perdone Dios,
ese Dios que se predica en la calle,
esa conciencia sin voz
que en el azar es tan vacío y grande,
si te perdono yo
yo seré por vez enésima culpable,
culpable yo, de trepar por el bajón,
de oscurecer la habitación
y también por mil veces perdonarte.

CECILIO OLIVERO MUÑOZ 
Publicado en Nevando en la Guinea 39

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