Ese control vacío de dignidad exige purificación del arte.
La raza de Abrahán es efectivamente numerosísima
y parece haber poblado Continentes – “poblado”.
¿A dónde no llegó el intruso y colocó su Marca
sobre poblaciones existentes pero recién dominadas?
Entonces: Antes de su llegada y triunfo, allá existía el arte, rindiendo culto al degüello, bocetado en rocas
y paredes de obscuras tumbas. Se comunicaban por señas y emitían alaridos espantosos,
desconociendo la existencia de un Dios único,
divino y poderoso.
Del libro TROCITOS DE ELLA EN MÍ de
OMÍLCAR CRUZ RESTREPO
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