La invitó a cenar a su casa
agasajándola con su champaña preferida
y luego
a la mortecina luz de una vela
sacó una alianza
y le dijo:
“¿Quieres casarte conmigo?”
Conmovida de felicidad
con una sonrisa similar al arcoíris
y alocadas lágrimas
solo atinó a decirle:
“Te amo”.
Y quedaron fusionados
en el más perpetuo de los besos.
Al cumplirse las bodas de oro
como cada año
desde aquel entonces
descorchó la misma champaña
y le hizo la misma propuesta.
Juan Lopresti
No hay comentarios:
Publicar un comentario