DESPERTAR
Los horizontes dormidos
soñaban que al despertar
despertarían siendo ríos.
Los ríos dormidos soñaban
y soñaban y soñaban
que era raudos aerolitos.
Los aerolitos sabían
que sabían, y muy bien,
que ellos eran aerolitos;
aerolitos dormidos
que volverían a nacer
como horizontes y ríos.
TÚ
Lo invisible visible,
tu leve levedad.
Estás aquí.
Tú estás.
Leve y más leve
aún que el aire
que apenas se respira
o el suspiro levísimo
y el levísimo aliento.
Imperceptible tú
y acariciante tú,
pero rotunda,
y real, muy real,
y verdad
de verdades verdaderas,
como la vida misma,
siempre renaciendo.
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