domingo, 25 de octubre de 2015

¿DE QUÉ ME QUEJO?


Quizás me quejo de la soledad,
esa soledad que me coquetea
y me abraza cada noche, pero cuántas almas se pierden en los infiernos de sus vicios que los subyugan y enajenan su razón.

Quizás de las penurias que me abrazan en pausas, cuando en el universo hay la angustia de seres que no tienen a veces la seguridad de alimentar para sobrevivir.

Quizás de un mal día... Cuándo en los días más grises siempre hay un ser golpeado y asesinado por la cobardía de otro ser que quizás tuvo un mal día.

¿De qué me quejo si estoy viva, con salud, con lucidez con el amanecer lleno de luz? Y en algún lugar del universo hay seres que les falta un brazo, un pie y no se quejan.

De qué quejarme si soy un ser lleno de esperanzas, con malos momentos pero que aún puede razonar y decidir lo bueno y lo malo que quiera pintar mi entorno.

De qué me quejo sólo de la indiferencia de la humanidad que sólo busca el poder del dinero sin importar a quién destruyan.

De qué me quejo quizás del escarnio, de la delincuencia y la apatía de los padres con los hijos y de los hijos que olvidan al ser que les dio la vida, sólo por ser ya la senectud de los olvidos.

¿De qué me quejo? De que la rosa ya no es roja si no negra como la noche y sus pétalos se vuelven cenizas esparcidas en senderos inciertos.

Me quejo de mi estúpida cobardía, ésa que me ata a los miedos y al destierro.

Alma Leticia Salinas -Mexico-

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