Cuando la noche,
llega hasta el día,
cubriendo toda su luz
con su oscuridad,
total y abrumadora
de una noche sin luna.
Pensaré en los días,
felices y tan sabrosos,
como esos higos...
maduros, tiernos y dulces,
cogidos en verano,
de un árbol perdido,
sobre un camino
de mediterráneo paisaje.
Y mi boca, se llenará,
con el sabor de los higos
y las gracias a la vida,
al morder esos frutos
primeros de un verano.
Y el deseo de vivirlo...
Cuando la noche,
llegue hasta el día,
cubriendo toda su luz
con su oscuridad,
total y abrumadora,
de una noche sin luna.
Esperaré al alba,
para disfrutar...
con higos maduros,
cubiertos de rocío.
como cada verano.
MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-
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