Es la noche un decorado externo,
la luna salta por la valla hacia el olvido,
los perros ladran sobre cristales de esperanza
y mi vida sueña ser la vida que soñó.
Mis brazos se desmiembran de mi cuerpo,
El viento ruge y mueve la veleta de la torre,
antaño atalaya, hoy, almena de silencios.
La fiebre me brota por las grietas,
es lava huyendo de si misma.
Y los perros ladran sobre cuchillos ardiendo
Y mi vida sueña ser la vida que soñó.
Paco José González
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