lunes, 24 de agosto de 2015

LA HERIDA


Cada atardecer es una herida en el cielo que cura la noche. Y agradece... nuestra alma.

Mi mirada oteará
como otras veces,
la caída de la tarde
herida y cárdena
en el horizonte añil.
Suspiro del día,
postrero y extraño
que toca a su fin.
Canción infantil
cantada en recreo,
alejándose presta,
sobre ese viento,
callado y silencioso
que elude mi mirada
y ya no ve nada.
!El viento no se ve!.
La herida cerrada,
en esta tarde
que marcha,
en esta noche
que llega.
Se aposenta
y se queda
para dormir...
Como siempre,
a mi lado.
La noche se abre,
renace...está aquí.
Curando la herida
de la tarde dormida.

MARÍA HERAS VELÁZQUEZ -Barcelona-

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