domingo, 23 de agosto de 2015

FEDERICO GARCÍA LORCA


Siempre supe desde joven
que a García Lorca lo mataron
cinco tiros de fusil
metidos en sus espaldas
por orden de la tiranía
en la España dividida
de la derecha a la izquierda.
Soldados lo habían seguido
por las zarzas y las hiedras
hasta que se lo encontraron
caminando por el borde
del Guadalquivir en su tierra,
dando del destino los pasos
porque lo iban a matar
como él quiso que así fuera,
bajo una noche de estrellas.
Los magnicidas no acallaron
sus escritos iluminados
por la luz de todas ellas
que decoraron sus versos
con la libertad de escribir
los más bellos pensamientos
que se hacen con poesía
y las hermosas palabras
con que él cantaba a la vida
la que perdió en un instante
solo por iluminar las ideas
de políticas tinieblas.
Permíteme recordarte
Federico García Lorca
con mis humildes palabras
porque arte y literatura
escribiste para que duraran
por toda una eternidad
y así es que vale la pena,
como siempre tú lo hiciste
para este mundo traidor
al que le diste alegrías
a mujeres y soñadores,
que así somos los poetas
con las chiquillas coquetas
que tú siempre mantuviste
bien dispuestas a tu lado,
como las tenemos ahora
los que estamos en la tierra
festejando tu recuerdo
con copa de vino añejo
apretada en la zurda mano
y la guitarra gitana
que se rasga con pasión
bien encogidas las piernas
para acompañar tus versos
con las notas de sus cuerdas
a la par que recitamos
tus amorosos poemas.

A. J. Ortega 

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