domingo, 23 de agosto de 2015

DE CARA AL CIELO


¡Ay mi madre! y el soldado
se quedó de cara al cielo
el labio  desencajado
bruma, hielo.
El río de los lamentos
arde.
Es el rojo pavimento
en el muro de la tarde
con el último alarido
del caído.
¡Ay mi madre! ¡Ay mi bandera!
¡Ay el pobre uniformado
la anónima lanzadera
el patio crucificado
llenando con su delirio
esta historia mal escrita
esta guerra de martirio,
esta hinchazón infinita!
que solo cierra el camino
 campesino.

Veredas abandonadas
senderos sin gentilicio
Colombias irrespetadas
desconocido suplicio
coja va la muchedumbre
cojo el perro, cojo el día
se está volviendo costumbre
la constelación vacía
el despojo
el cielo rojo
el grito, la podredumbre.
Como una canción ya oída
o una cara conocida
se van volviendo costumbre.
El secuestrado
enjaulado
es una fiera demente
o una perdida contienda
lentamente
lentamente
se está volviendo leyenda.
Guerra que solo levanta
el pobre y el olvidado
es  una gota que canta
sin cesar en el tejado
o una llave
llena de canas y herrumbre
¿Qué hacer con la pesadumbre?
Nada
se volvió
costumbre.

GLORIA CEPEDA VARGAS (Cali-Colombia)
Publicado en la revista Gaceta Virtual 104


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