Cada palabra que escribo
es una entrega de mi espíritu,
son la fuerza que sale de mi alma
para arrullar tu cuerpo;
y me entrego a ti y a los secretos de tu piel
en tu túnel de sensaciones de alivio y calma.
Viajo en la turbulencia
que se despierta de tu cuerpo
para abrazar y besar
tus remolinos de aguas quietas,
moradas de la vida, que en su dulce encuentro
recogen las gotas de deseos
que acarician el mandato del amor.
Porque en ti conseguí
los sueños de ser poeta,
y hoy mi memoria preñada de versos
inventó nuevos caminos
para llegar a tu cuerpo desnudo
y reconocer en la ropa que te da la tierra
esa forma de escribir sutil y poderosa
con el rigor y el fuego de los libros de amor
que esperan en sus mundos
la presencia de dos cuerpos
para pasar sus páginas.
Ysidro Parra -Venezuela-
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