miércoles, 1 de julio de 2015
BUSCANDO ESTOY EL SILENCIO
Buscando estoy el silencio
más allá de las palabras,
allá donde el pensamiento
sueña, recuerda y ama,
allá donde la memoria
dejó varada mi infancia.
Buscando estoy el silencio
allá donde duerme el alma
entre difusos recuerdos
y sábanas de nostalgia.
Buscando estoy el silencio
y entre sueños se me escapa.
Buscando estoy el silencio
cuando las sombras avanzan
y el firmamento se viste,
negra y aterciopelada,
de titilantes estrellas
resplandeciente la capa.
Buscando estoy el silencio
y es la luna de tez pálida
quien me recita unos versos
parlanchina, enamorada.
Buscando estoy el silencio
al renacer la mañana
y hasta el rocío en la flor
tan dócilmente resbala
que una tímida sonrisa
el cosquilleo le arranca.
Buscando estoy el silencio.
Sigue fiel el sol su marcha,
despacio se despereza
un poco después del alba.
Para lucir deslumbrante
el gran señor se acicala,
se viste su mejor traje,
sombrero y bastón de gala,
para el brillante paseo,
el mismo cada mañana.
¡Tan elegantes andares
suspiros de amor levantan!
¡Tan elegantes andares
tras el ocaso descansan!
Buscando estoy el silencio
más allá de la mar calma:
¡ inalterable vaivén
cuya dulzura te embriaga!,
es tan leve el movimiento
que hasta la brisa extasiada
junto al tiempo se detiene
y mi mente se aletarga;
mas las olas juguetonas
van y vienen y se marchan:
la arena bajo mis pies
y el silencio se me escapan.
Buscando estoy el silencio
y la tierra apelmazada
por ensangrentadas huellas,
por la amargura y las lágrimas,
rumores me trae del hambre,
de sufrimientos y espadas,
pobreza, llanto, impotencia,
de miserias provocadas.
Buscando estoy el silencio
y muda la tierra calla,
mas se escucha en la penumbra
hasta el crecer de las plantas.
Busqué afanoso el silencio
más allá de las palabras,
allá donde el pensamiento
sueña, recuerda y ama…,
allá donde la memoria …,
allá donde duerme el alma … .
Buscando estoy el silencio
y al levantar la mirada
silentes copos de nieve
se acunan tras mi ventana:
algodonosas lágrimas,
suspiros de seda blanca
que van tejiendo impoluta
sobre el suelo mi mortaja.
Silencio, sólo silencio …,
todo el silencio me embarga.
Silencio, sólo silencio …,
la inmensidad de la nada.
Silencio, sólo silencio …,
y tras la nieve … la helada.
MARCELINO DIEZ ARTEAGA (Valladolid)
Premio Diego de Losada 2014
Publicado en la revista Carballeda 47
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