miércoles, 11 de junio de 2014

HIGH ART XV


Cómo hemos esperado este momento único en la historia,
la pasión se durmió entre hierro forjado y mucho trabajo.
Sola me fui al viaje que planeamos juntos
para sentirte en cada remache de la torre Eiffel,
en el Danubio demasiado azul,
en las calles de Hamburgo,
en el incipiente sexo de las esculturas vaticanas,
en la callada costumbre de amarte.
He retornado al nido que una vez nos miró
sujetarnos a ciegas, a besos y al embrujo
de un amor que sin pedirlo nos reclama una nueva mirada,
una espontánea sonrisa al volver a verte,
un decir te amo sin que se claven en mi garganta
restos de pan de centeno fermentados en tristeza.
Has tomado en tus dedos la redondez de mi cintura,
y te has unido a mi a fuego vivo,
soldando en regio bronce
cada rubor henchido de mi cuerpo,
erigiendo la colosal estructura
que orgullosamente pregona cuanto te anhelo,
cuanto me equivoqué al creer que no volverías a mi
una mañana sin excusas, sonriendo
y diciéndome con tus ojos de Rodin:
-No te olvido nunca-

Emilia del Valle Marcano Quijada -Venezuela-
Publicado en la revista Palabras Diversas 47

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