domingo, 25 de mayo de 2014

UN DÍA CUALQUIERA


Se destapó despacio
para evitar que el aire
se colara entre las sábanas.

Se acercó al espejo despacio
para recuperar la imagen
que el tiempo se llevó.

Se metió en la ducha sin pausa
para que el frío se quedara
enredado entre las ropas.

Se dejó acariciar por el agua
para despojarse del sueño
que le empañaba el pensamiento.

Se vistió sin prisa
para ocultar las arrugas
de su cuerpo envejecido.

Se fue a la calle sin gana
a recorrer los puestos del mercado
buscando la mejor oferta.

Se tomó un café con las amigas
para informarse de los últimos
chismes del barrio.

Se guisó las verduras al vapor
para que los kilos sobrantes
desapareciesen entre las cortinas.

Se vio el último capítulo
del incomible culebrón televisivo
de la sobremesa a solas.

Se pasó la tarde cosiendo
el traje de volantes
para la feria de primavera.

Se quedó dormida tras la cena
ante un televisor que repetía
las mismas mentiras de todas las noches.

JOSÉ LUIS RUBIO

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