Voy a contarte todo
Espera que recuerde
Había nieve y Juan Ramón callaba.
Había Juan Ramón, callaba nieve.
Yo no podía más
de adolescente.
Supongo que el crespúsculo invadía
su barba y sillas locas de papeles.
No, no hay fotografías
donde me encuentres
Zenobia era de risa y sombrerito.
Pura eficacia, método celeste.
Hace ya tanto tiempo,
en 1949.
El decía sonidos oxidados
desde un aljibe, trabajosamente.
Riverdale de madera
de juguete.
Ella monologaba con cristales.
Él atendía túneles ausentes.
Yo no supe
qué hacer, dónde ponerme.
Llegué una noche y Juan Ramón estaba
mirándose por dentro, como siempre...
Es inútil.
Me duele.
María Elena Walsh
Publicado en la revista Literarias
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