martes, 18 de febrero de 2014

NOCTURNO


Nos envuelve la noche en blando abrazo;
dulce es la soledad que nos rodea.
El fuego sobre el leño serpentea,
cada llama ensayando un nuevo lazo.

En el salón, Chopín. Y en tu regazo
reclinada mi nuca, merodea
sobre mi piel tu mano, en la tarea
de acompañar el ritmo. Me solazo.

Mi placer es por ti, por el ambiente,
por el nocturno que nos tiende un puente
musical entre dos intimidades.

Las notas del piano, a medio tono,
me describen el mágico abandono
en que flotan dos plácidas mitades.
 
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-

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