SOMBRA
La sombra de mi sombra deambulaba
por las curvas del aire del olvido.
Un golpe de silencio distraído
jugaba a recordar lo que olvidaba.
El corazón del tiempo descansaba
del tiempo y del espacio, confundido,
ya sin saber qué hacer con lo vivido
y lo aún por vivir que lo agobiaba.
La sombra de mi sombra, peregrina
en su peregrinar, iba y venía
como un vago fantasma desolado.
Mi sombra la mi sombra sibilina,
que de súbito en carne se encendía
y era de nuevo tacto enamorado.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
viernes, 16 de septiembre de 2011
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