DESPLAZADOS
Recién llegados
Abriendo los ojos
Poder engañar los ojos del niño
Mas los del adulto
En estupefacto conocimiento
De engañar al hambre
Engañar al frío
Con emociones reales
Al sentarse en la caja de cartón
de la esquina del semáforo
Recién llegados
Con mirada absorta
Hacia el oriente incierto
Hacia el sur desolado
Al norte confuso
Sin saber a dónde ir
Recién llegados
En esta ciudad arisca, fría
De valores trastocados
Desplazados
Miran los altos edificios
Y el movimiento rápido
De los demás
Sin saber a dónde ir
Solo saben lo que dejaron atrás
En el arado de su vida humilde
Humildes campesinos
Lejos de su tierra fértil
Hoy seca
Por la bala de fuego cruzada
Sangre derramada que no abandona
Sino dolor odio y desilusión
Seca por la falta de cuidado
De sus manos
Recién llegados
Sin saber dónde ir
Solo saben
Lo que dejaron atrás
Cargando a sus espaldas
Las migajas de esa vida pasada
Llena de aire fresco y verde
En su memoria
Que hoy se desvanece
En la añoranza de un mejor vivir
Haciendo malabares y danzas
En este aire gris y contaminado
De sofocante ruido
Donde se levantan, suspiran,
Toman aliento y caminan
Hacia un futuro incierto
De malabares y ventas callejeras
En una ciudad opaca
Sin noches de estrellas
Y ajena al crujir
De las luciérnagas noctámbulas.
Ana María Ríco
El VALOR DE LA VIDA
no siempre es cuna el lugar donde duerme un niño
ni siempre la madre arrulla, mece, canta y apapacha
en la miseria
la vida se apodera de la sombra del sol
Días de perseverancia oscura
Abandono de la existencia
Escondida en el rincón del diario transcurrir
Decidida por la vida
Luchando a capa y espada
Disimula desvelos al verle durmiendo
En esa caja de cartón
alrededor del hedor de una pensión
donde no siempre se come
ni siempre se descansa
donde siempre
amanece el hambre
la encrucijada del rebusque
la desgastada mesa
sin alimento que bendecir ni dar gracias
sino al tiempo
que corre sin tregua
envejeciendo al rostro adolescente
ojeroso de angustia
arrugado de quebranto
renace como el ave fénix
alzando vuelo entre las cenizas
alguien inocente le enseña
a sonreír , a resurgir
su razón de vivir
por el calor compartido entre esa cuna
caja de cartón
sin cascabeles, móviles ni sonajeros
levanta alas cada mañana
dando razón a su existir
para llegar con pan a casa
después de largas jornadas de saltimbanqui
de un bus a un semáforo , de una esquina a otra
luchando a capa y espada
por mantener en pie la sonrisa
que le hace elevar alas cada mañana
olvidando la adolescencia perdida
hoy encontrando la brújula que le guía
al norte de la adultez y sur de la existencia
cubierta de capa digna y espada de amor
Ana María Rico
MANIFESTACION
Hechos de paz
Escondidos en intentos mil
De asesinar a la violencia
Jugando la última carta real
De paz
Que se perdió en zonas de distensión
Quedándonos en jaque
Detrás de la encrucijada existencial
¿Política o democracia?
Puros embaucadores que forman
Callos en las heridas
Mil veces cerradas
Mil veces abiertas
Un poco más de plomo
En la memoria
Que palpa un nuevo milenio
Sin Gaitanes, Jaramillos
Pardos Leales y Pizarros
Que llenaron pequeños párrafos
De nuestra historia cruda
Tan versátil como inerte
En donde el papel aguanta todo
Y las palabras mueren
en el olvido de un atentado más
Entre tantos
Dejando sin palabras de solución
A un pueblo sin verdaderos caudillos
Lideres muertos en el intento
Intentos blancos de abrir mentes cerradas
Elevar cometas de sueños con palomas al cielo
Llenos de fe en un cambio que demora,
Que se dilata, se confunde
Y no llega mientras lapidamos nuestros muertos.
Ana María Rico
DE FACEBOOK - 6187 - UN POCO MÁS ARRIBA DE LA PICOTA
Hace 9 horas
Yo sé de estos poemas desde Colombia, tierra fustigada por el mal. Yo sé de esta poeta, de esta mujer que casi muere un 23 de noviembre, sin que yo lo me enterase, luchando por sacar adelante sus sueños en la gente que forma la masa de la ciudad de Bogotá. Esa hubiera sido mi tercera y definitiva muerte, hasta cuando su espíritu de guerrera me hubiera regresado a la vida.
ResponderEliminarAsí es la vida, compañeros, anarquía pura, sin dobleces, como el alma de Ana María. Miguel Hernández también la hubiera abrazado, como yo tuve la fortuna de poder hacerlo.
Solo saben lo que dejaron atrás
ResponderEliminarEn el arado de su vida humilde
Humildes campesinos
Lejos de su tierra fértil
Hoy seca
Por la bala de fuego cruzada
Sangre derramada que no abandona
Sino dolor odio y desilusión
Seca por la falta de cuidado
Qué tan lejos está la fertilidad de un cuerpo, o de una tierra abandonada, sólo puede saberlo el alma que se siente cercada por el frío de la muerte. Miguel Hernández no tuvo tiempo: lo mató la muerte de cara de perro hambriento, sacrificado como los millones que han caído por causa de los mordiscos de la fiera fascista que gobierna el mundo
SENTIMIENTOS
ResponderEliminarManifetaciones y Desplazados manejan un lenguaje común con el sentir de MIguel Hernández. Muy realistas y vivenciales de una época que se prolonga y desencadena toda una tragedia en los pueblos, en sus valores y tal vez en lo más importante en el norte de un pueblo con toda su humanidad diversa pero que siente, que quiere alcanzar metas y que sueña con libertad.
Ana María, como expresas esta cruel realidad de bien, esperemos que las cosas mejoren en un futuro no muy lejano, en mi hermoso país Colombia.
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