Visiblemente trastornado
Eras ángel del atardecer
Dibujante en alas de acetileno
Que no contemplará la furia
De tantas páginas escritas.
El laberinto de los días
Se abrió para ti
Con la clave designada
Y vivir era estar atado a la melancolía
De un constante ir al tumbo de los mares.
Animal de juegos en barcos de papel
Que atracaron más rápido que
La isla en dibujarse en ese mar ignoto
De la infancia.
Eras solo el traje de luces
Que vistieron tus años niños
Entre alevosa utilería de fantasmas
Las horas muertas frente a la ventana.
Ricardo Ariza -México-
Publicado en Suplemento de Realidades y ficciones 81
No hay comentarios:
Publicar un comentario