jueves, 19 de abril de 2018

LA BARCA


La pinté de azul
para que entrara en sintonía
con el espejo liquido del lago,
y los peces la sintieran
como parte de su casa.
Ahora creen que soy
su guía sentimental
y escriben historias marinas
con sus pequeños tridentes.
Me avisan cuando se acerca
el diablo del mar,
para cambiar el agua
de mi cantimplora por sal.
La barca,
aguardó paciente
a que el viento
en complicidad con
el sereno vaivén del lago
le ayudaran aflojar la soga
que la amarraba a la nostalgia.
Nunca supe si fue mía,
del rio, del lago o el mar.
En verdad que cuando
no tiene uno nada, nace sin nada.
Lo que arrastra el viento
lo hace suyo.
Yo creo que nací para quererte
como sin saber nacemos todos
para algo bueno.
Y aunque quizá nunca
logre tenerte,
al menos nací para llevarte dentro.

Carlos Posadas -México-

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