Amo a los emplumados,
ésos que endulzan mis oídos con su canto,
y con amor,
me curan de algún otro espanto.
Adoro a los que me amasan, me dan cabezazos,
me muestran su panza con toda confianza,
Ésos, que me dejan…“regalitos indescriptibles”
Aquéllos, que tiernamente ronronean o duermen conmigo una siesta.
Me fascinan los que ladran,olfatean,
esos que moviendo la cola se menean,
Aquéllos que me reciben como a una famosa,
y hacen de mi llegada, una fiesta estrepitosa.
Los adoro, porque para muchos de ellos yo soy su mundo.
Los amo, porque cada uno con su amor me reanima,
porque sus ternuras me hacen fuerte,
porque sus inocencias no permiten que pierda la fe,
me hacen creer en la vida, sin sentir, que el mundo se me cae encima.
Lorena Álvarez Cañarte -Ecuador-
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