Enmudecen mis ojos al leerte,
se refleja tu aroma en mi tacto,
y el suave melifluo de tu aliento,
enerva mis sentidos de contento. Y a media luz en la intimidad de mi alma,
mi alcoba transita en la calma.
Eres el guardián de mis errores,
resguardas mi léxico en la aurora,
enciendes el fuego de mi mente,
e imagino tu interior, límpido y vehemente.
Me asombras cuando bebo de tu fuente,
y mi pensar es a poco, limerente,
me sumerjo en tus mágicas entrañas,
audaz, temerosa, irreverente.
Eres mi pluma y mi rima,
eres mis ríos de tintas,
eres mi soñar travieso,
eres mi sed en la carpa
de la “Divina Comedia”.
Eres mi teatro de letras,
mi maestro en la ignorancia,
sencillamente... mi libro.
Hortencia Aguilar Herrera -México-
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