En ti pude deleitar mis sentidos
con suaves caricias que tú me dabas.
Bálsamos que por mi piel deslizabas
relajando músculos consentidos:
¡Honda dicha y placer enardecidos!;
…cadencia del ritual que acompasabas
y, de uno en uno, despertabas
suspiros en mi alma aún dormidos.
Ay placer; por qué me causas gozo;
ay gozo; por qué me provocas placer
si ambos, dicha me dais sin rebozo.
Ese amor y manera de hacer
encierran mías, hartas de alborozo,
mil esencias en venir a renacer.
Paco Aguilar i Espada
No hay comentarios:
Publicar un comentario