Diciembre de mis nostalgias, traes aroma de vino añejado con sombras de recuerdos, embriagabas los suspiros con besos que nacían en el frío, y se rejuvenecían en las noches de niebla bañadas con luna llena.
En el murmullo de una noche que se iba vistiendo con luz de romance, dos incautos presumiendo compartían sus labios, encendían en el frío de navidad el calor de sus deseos, frente a la hoguera de besos debidos derretían sus dedos con caricias furtivas, la niebla fría caía intentando sofocar el fuego de cuerpos enloquecidos cobrándose sus ganas.
Diciembre de mis nostalgias, regalaste una noche buena llena de abrazos que no terminaron, porque aun los extraño, me dejaste las promesas empacadas seduciendo mis madrugadas; se quedó sin abrir el regalo de mil noches esperadas, se arrugó el papel pero no su verdad, y late cada vez que los vientos de navidad soplan fuerte.
Viento de diciembre, si no traes en tus alas los brazos que se añoran, lleva contigo mi verdad y nostalgia; dile al oído a la musa perdida en la distancia cuanto se le extraña, llévale mis besos en un suspiro y déjale mi amor en un recuerdo; si no podemos percibir la piel, regálanos sentirnos en alma con un abrazo colmado de amor deseando felicidad.
Luis Emilio Tigüilá Robles -Guatemala-
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