Muchacha inmadura locuaz inerte
que buscas en la vida que no te invierte,
el amor llegó a tu vida, nunca cabida encontró,
mi ternura en ti se posó, más nunca anido.
Dulces mimos, palabras suaves
en seco surco no germinaron
sé que no soy de tu elección
tampoco de tu predilección.
Mala hora en mi vida que mi corazón te encontró,
mis cualidades opuestas a tus finos ideales
nada te alegra nada te calma
solo tus amistades apaciguan tu alma.
No te merezco, soy poco para ti
ni entro en tus planes tremenda cosa
caricias tiernas y sin embargo son cosa en duda
todo ensayado ya de costumbre,
nada te llena nada te calma.
No seas egoísta ya con tu amor
no te fustigues, ni sacrifiques,
que el sacrificio bien demostrado,
siempre da el fruto deseado.
Es hora ya de que medites.
¿Qué es lo que quieres? ¿A dónde vas?
muchos años son los que espero y hasta ahora
por tu inconformismo e indecisión me desespero.
Alberto Recalde Romo -Ecuador-
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