LA LLAMADA

Mis pensamientos jugueteaban con la brisa mañanera,
no era nostalgia, solo
que los recuerdos se atropellaban por salir
y punzar el corazón.
Absorta en la locura
de ansias adormecidas
me despertó... la llamada,
el insistente rin rin de una llamada.
Deseaba disiparla con la plácida quietud de mi mirada adormecida.

Vi tu nombre en la pantalla,
la curiosidad, sólo la curiosidad
me hizo decirte: Hola
Y escuché tu voz entrecortada:
-Perdóname--
La emoción de otros tiempos,
se había perdido.
Aun estuviese vivo el recuerdo,
no saltó mi corazón. Sólo pude decir: te perdono... ya no hay vuelta atrás, ni un nuevo comenzar.
Donde estuvieron las hojas del otoño, hay nuevos brotes.
Otros sueños de nuevas ilusiones.
Y tu voz repetía insistente:
-Perdóname... perdóname.
Y pude aunque no lo deseaba, decirte: te perdono y adiós.

Mayda Alvarez