sábado, 16 de diciembre de 2017

COMO LAS OLAS DEL MAR


En mi grande peregrinar
por sendas desconocidas,
las penas bien escondidas
regresan en su germinar,
sin que las pueda ocultar
porque están a flor de piel.
El amargo sabor a hiel
en mi alma se sostiene,
cuando tú te vas y vienes
de una manera muy cruel.

Cuando estás, es la gloria
y si te vas es la muerte,
mi corazón está inerte
en mi tristísima historia,
como si fuera una escoria
conmigo tú, te entretienes,
yo sé que no me conviene
este permanente soñar,
pues, como las olas del mar
lo mismo te vas que vienes.

Como el caprichoso viento
da el movimiento a la ola,
lo determinas tu sola
hacia mí, tu sentimiento,
aumentando mi tormento
cuando te vas de mi lado,
dejándome desolado
el corazón, en su latir,
siento que me voy a morir
y mi amor es sentenciado.

Roberto Batista Pargas -CUBA-

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