Brindo por tu amor, levanto mi copa y digo un verso a tu belleza y a esa tu gran pasión y río y juego y espero la hora en que tus labios no se puedan resistir y a mis labios vengan y me llenen con tu beso.
Ese beso inimaginable, inesperado, bello e inmortal, ese beso que mi alma aclama, que mi corazón espera y mis labios añoran.
Un beso, una caricia, una palabra de un sueño formado entre los dos, de una sola vida que en conjunto entre tú y yo se va formando.
Y no son ilusiones vanas y no son sueños de opio, no son falsas mis quimeras, no lo son porque aquí la mente no tiene nada que ver pues es el corazón quien habla y es el amor del alma el que sueña el que espera el calor de una sonrisa.
El elixir de un beso,
La caricia de una mirada,
Las palabras de tus manos escribiéndolas por toda mi piel,
Y el roce de tus cabellos derramados sobre mi cara.
Gonzalo Falcón
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